Acabo de despertar y lo hice súper enojada. Iba a matar a alguien. Les contaré mi sueño:
Salí de clases en la FFYL y se me antojo un helado. Estaba con Colibrí y caminamos hacia una tiendita, supuestamente cerca de la Fac para comprar mi helado. No estaba cerca y caminamos bastante pero llegamos y el lugar se veía bonito (cosa rara en la UNAM) se veía limpio y parecía que podría proporcionarme un buen servicio. Me dirigí al empleado mientras contemplaba la lista de helados:
- Quiero un helado de vainilla, unas pastisetas y un Yakult.
- Ui señoritaaaaa (tono de te estoy sabroseando y no escuché tu petición) no le puedo dar helado de vainilla.
- ¿Por qué no?
- No tenemos.
- Pero en la lista de helados viene, bueno... ¿qué helados tiene?
- De fresa, de mandarina y de piña.
- ¿Nada más?
- Sí.
- Bueno, deme un helado de mandarina.
- Son $79.
- Ok, deme un segundo.
Aparte le dije a mi Colibrí que no traía suficiente dinero y él pusó la diferencia (cosa que suele ocurrir a menudo). Regresé con el dinero.
-Aquí tiene.
No obtuve respuesta verbal alguna, me miró una vez más, me dio mi ticket y siguió con su vida como si el cliente (osea yooooooooooo) ya estuviese satisfecha.
- Oye, ¿dónde está mi helado?
- Ahí - señaló el mostrador.
Sólo había una bola de helado, no tenía un vasito, no tenía nada, era simplemente la bola puesta sobre el mostrador. Estaba semi-derretida y no se veía muy agradable.
- Yo no puedo comerme eso, la barra está sucia.
- No señorita (misma mirada), está requetelimpia.
- No, no quiero ese, dame otra bola de helado.
- No puedo, ya le di una.
- Pero la pusiste sobre el mostrador, no cuenta.
- Así servimos aquí los helados.
- ¿Por qué?
- Es más amistoso con el ambiente.
Estaba muy enojada y le hablé fuerte exigiendo que me diese otra bola de helado, cuando finalmente lo convencí, me preguntó:
- ¿De qué va a querer su helado señorita?
- De mandarina, como el que ya debería de tener en este momento y el cual deberpía de estarme comiendo en vez de hablar contigo.
- Ya no hay de mandarina, solo hacemos una bola de cada sabor.
- ¿Qué?
- Es más amistoso con el ambiente.
-Ay, no mames.
Quería matarlo pero me di la vuelta y me fui, caminé un poco sin dirección alguna, descubrí que Colibrí no estaba cerca, me enojé, por qué se había ido. Después de algunos minutos recibí un mensake de texto que decía: "Hola princesa, fui por tu helado, no quiero que no tengas lo que te gusta. Te amo." El mensaje me tranquilizó un poco pero seguía estando mal, me encontraba en la calle sin rumbo preciso, con nada de dinero porque lo pagué al vendedor/idiota por artículos que ni siquiera recibí. No tenía dinero para regresar a mi casa y aunque lo tuviese tenía que esperar a Colibrí porque en su auto estaba mi mochila. Me senté en la banqueta y me dispuse a esperar, estaba hasta la madre pero me quedé calladita.
Después de 30 o 40 min llegó Colibrí, estacionó el auto, bajó de éste y me dio un pescadito frito. Claaaro, no había helado entonces lo más cercano a eso era un pescadito frito, me sonrió y me dijo " es que se veía sabroso"... lo tomé y le di una mordida, para mi sorpresa no sabía mal. Entonces estaba yo, en la calle con mi novio, comiendo un pesacadito frito que "se veía sabroso" aunque él no coma carne y no concibo la idea de la similitud entre helado-pescadito frito. Me dijo si podía acomparñarlo por un libro, asentí con la cabeza porque tenía la boca llena de pescadito frito.
Caminamos un poco y llegamos a la misma tiendita de helados... ahí se sacaban los libros... me quedé un poquito lejos porque no quería volver a ver al vendedor/idiota pero él si me vio... me estaba sabroseando y Colibrí no lo notaba porque estaba buscando en su cel la nota que decía el nombre y autor del libro que quería.
- Quiero un libro.
- Sí, nomas dígame cual.
- .... (no recuerdo que libro pedía)
- Bueno, pero pss tiene que decirmelo mientras me mira a los ojos.
- ¿Por qué?
- Para ver si usté no está drogado.
Colibrí se lo dijo el nombre del libro viéndolo a los ojos pero el pendejo ese en vez de escuchar lo que decía Colibrí me estaba mirando.
- Me lo repite es que no entendí.
Ahí me desesperé, creo que aventé mi pescadito a algún lugar y comencé a gritarle cosas al vendedor/idiota. Grité tanto que me ardió la garganta. Le dije que era un pendejo y que no podía cambiar, que solo servía para estorbar ya que ni siquiera podía servir helado apropiedamente (no en un mostrador sucio). Le dije un montón de cosas... Colibrí me tomó de la cintura y me alejó de él. Al darme la vuelta pude sentir su mirada directito hacia mi culo... lo odie más. ´
Llegamos al coche, Colibrí me abrió la puerta, entré y siempre me da besito antes de cerrar. No me dio besito porque llegó una tipa (que conozco y me resulta indiferente) y le plantó un beso a Colibrí, y él respondía.
YoSabina