sábado, 18 de septiembre de 2010

Lo prometido es deuda

Regresé hace poco a mi hogar. Como les prometí ahora les voy a contar que se sintió lanzarme de paracaídas y todo todo.... bueno, el plan surgió de la nada y me dijeron mis hermanos una noche antes de ir. Fue en Cuatla. El plan era llevar de sorpresa a mi cuñada porque decían que tenía muy pocas aventuras en su vida. Yo me uní al plan porque a mí no me da miedo y tenía muchas ganas de hacerlo.

Desperté temprano, como a las 8 y me metí a duchar, me apañé el baño porque los demás no se habían duchado... "cantando en el baño... me acuerdo de ti" Al salir me vestí y esperé a que los demás estuviese listos.

El camino fue bastante aventurero porque estaba lleno de trampas para auto (mejor conocidas como baches del demonio) y todos iban estresados porque dicen que mi hermano iba conduciendo intrépidamente. A mí ya se me hace normal, quizá si iba un poco más rápido porque la reservación era para ..... exactamente la hora en la que salimos.... así, nunca llegaríamos a tiempo.

Llegamos y mi cuñada no quería lanzarse, la logramos convencer. Sus ojos se llenaron de lágrimas y nos dijo que no se quería morir. Mi hermana y yo la calmamos. Mi hermana se fue en una avioneta con su esposo. Mi hermano y yo en otra y mi cuñada en otra.... ella iba a tener video y sha la la la... En mi avioneta iban otros dos tipines que saltaron sin intructor y se lanzaron de cabeza... eran bien bien locochooones... yo me lancé con instructora y ya hasta arriba, cuando me asomé si le saqué... pero era demasiado tarde para arrpentirme. Salté y sentí vértigo y mareo (di una vuelta en el aire) y de pronto dejé de sentir malestar alguno y comencé a disfrutar la caída... el suelo se veía pequeñito y yo me sentía grande y la vez pequeña, me sentía ligera y pesada... Tenía una aceleración constante, lo que hacía, que no me marease (siempre me mareo en coches... o juegos de Six Flags). El aire chocando contra mi rostro era placentero. Mis manos iban sintiendo aire y aire pasar, iba rápido pero no lastimaba. Sentí cada centímetro de mi cuerpo al caer y me di cuenta de que si moría porque el paracaídas no se hubiera abierto, no me hubiera importado. Lanzarme era algo que tenía que hacer y no es el fin, pero imaginense morir de una caída de esa altura... no sientes dolor, te despedazas completamente. Sería definitivamente mostrar al mundo la basura de la que estás hecho.

YoSabina

5 comentarios:

  1. Que delicia caer en picada y en el último instante se abra el paracaídas, yo quiero eso pero no me dejan osht!


    Vaya que eres intrépida.


    Saludos.

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  2. Qué padre YoSabina, que se me antoja hacer ese salto, al final describes la experiencia de una forma tan poética que me convence tu argumento, si el paracaidas no se abre ¡¡qué diablos!! :D

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  3. Yo desafortunadamente soy acrofóbico...
    Hay veces en que hasta mi propia altura me marea.

    Pero es que soy bastante alto...

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