La segunda fue en secundaria, de mi primer novio, se llamaba Óscar y era de los niños guapos de la escuela, supuestamente no me haría caso porque yo era una pinche-rara-antisocial y parte era nueva. Nos conocimos un año y medie, poco a poco nos fuimos gustando... con él redescubrí el enamoramiento. Terminó secundaria y con ella nuestro "romance". Lloré como nunca y como siempre, me sentí terrible... llamé muchas veces para intentar solucionarlo, había perdido el objeto de mi adoración... con él fue la primera vez que pensé que mi novio tendría que ser un conejo. Yo quería ser un conejo gris y él tendría que ser un conejo negro.... Óscar no fue mi conejo.
La tercera vez que me enamoré fue para olvidar a mi segundo amor, fue con Kaninchen, en el segundo semestre de prepa. El primero lo usé para coquetear y jugar con varios hombres. Me enamoré hondo y profundo pero supongo que como con los otros dos amores me cree una imagen falsa de él. Después de un tiempo fui dejando de quererlo, al año y medio ya teníamos muchos problemas y terminé por engañarlo... la historia detallada está aquí.
La cuarta vez fue con un hombre al que ni siquiera vi, solo lo leía y me encantaba, me volvía loca, me fascinaba, me hacía estremecer. Escribimos mails durante aproximadamente 6 meses. Un día me mando un mail diciendo que ya no quería volver a saber de mí, me puse muy triste, no le he contado a nadie, pero ustedes son un montón de desconocidos a los que les gusta leer las cuitas de una niña nipona con problemas no tan severos como le gustaría tener; lloré mucho, hoy revisé mis mails viejos solo por inercia y vi los de él... me sentí rara... un fuerte sentimiento que no logro identificar.
Esto fue de las últimas cosas que nos escribimos:
Ayer me dediqué a imaginarte.
Eso me dio gusto.
tu
Gerardo
Bueno, que él me escribió... era muy lindo, un señor de 55 años y un erudito hasta donde sé. Hace más de un año que no sé nada de él, sé que sigue vivo pues veo su nombre en la lista de materias de la UNAM, sé que clases da y podría ver a qué hora. Pero no le encuentro finalidad alguna. Este fue el último mail que recibí de él:
Señorita Alejandra:
No se quien eres. No vuelvas a escribir. Yo amo a mi mujer que se llama natalia. Es muy hermosa y es buena compañerra. No vuelvas a escribir. No volvere a contestar. Ella ya sabe de tus mensajes y no quiero perderla. No debi seguir tu juego. De verdad amo a mi mujer. Lamento todo esto. Estoy a punto de perderla. Si no es que ya la perdi. Tal vez nunca me perdone. Soy un estupido por seguir un juego tan est{upido como el que iniciaste.
No soy tu Gerardo ni lo sere. No quiero verte en mi clase tampoco. Por favor, no vuelvas a escribir, no contestare. No quiero saber de ti nunca
Gerardo
No sé qué paso... duele tratar de averiguar... escribí la historia de los otros enamoramientos solo porque quería introducir este último... "¡Qué mamadas!" es lo que yo puedo pensar. La puta vida no me parece tan divertida cuando recuerdo episodios a color de mi vida en blanco y negro.
Pero solo han sido enamoramientos y como todo enamoramiento fueron de corta duración y estaban predestinados al fracaso... siento que con Colibrí es diferente, pero yo no lo sé, el tiempo dictara la sentencia y lo único que yo puedo hacer es acatarla y mantener la cabeza baja. Me he rendido ante el tiempo, mas bien, nunca luche.
YoSabina
es enserio lo del señor?
ResponderEliminaresta muy loco no crees?
por experiencia propia te digo que el amor dura hasta que ambos así lo dispongan, quizá no es una cosa que puedas totalmente controlar, pero si manipular de cierta manera, como todo en este mundo.
Querida YoSabina:
ResponderEliminarTe dire algo sucio que dice el Amore Mio que el amor dura, ja, lo que dura dura.
Besos.
Anónimo,
ResponderEliminarFue cierto.
Mariposa,
Jajajaja.. pero es que no era ese tipo de duración.. pero suena bien dura si dura.