viernes, 29 de julio de 2011

Poeta y felino

¡Qué diferente son las lecturas que un libro puede ofrecernos! Hace algunos años, leí The Picure of Dorian Gray, me encantó y mostró algunas cosas muy divertidas que llevé a la práctica. Ahora, con una relación seria y mucho más feliz volví a leerlo, me pareció diferente, no en extremo pero si hasta cierto punto, comprendí más cosas; lo que antes me había parecido sobremanera tentador, dejó de serlo. En el fondo sé que son cosas que me fascinan y podría cometer esos errores una y otra vez, más tangible y quizá superficial sé que si yo hago alguna cosa del estilo (divertirme hasta hartarme disfrutando los hombres cual placeres pasajeros) perdería a Colibrí. 

Entonces me encontré un dilema que me ha costado poco resolver, yo me muero por el amor de Colibrí y desde que lo conocí supe que él sería el último hombre, lo elegí como mío y levanté un altar.

YoSabina

4 comentarios:

  1. Me quedé pensando: ¿y eso es bueno o malo?, me refiero a eso de levantar altares. Chale.
    ¿Entonces en esa picure lo dibujaron más guapo? =P

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  2. Eso es bueno porque lo tienes en un altar con opción a que pueda no ser eterno, ojalá el tuyo lo sea.

    Hoy te dejo un abrazo porque me dio ternura tu post, te sentí como queriendo que alguien lo hiciera, no sé.

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  3. Maldito,
    ¿Bueno o malo? Cuestión de perspectiva.

    Malque,
    ¡Gracias! Siempre es bueno un abrazo.

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  4. Je, acabó de notar que escribí mal el título del libro... jojojo

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