Escribo esto mientras observo la pecera redonda donde un par de peces dorados habitan. Uno se llama Servio Tulio, el otro César Augusto. Me esfuerzo mucho para que continúen con vida, pero son bastante torpes, y es que quizá lo peces no tengan sentimientos, es que quizá ellos no pueden desarrollar una idea. Mi gata ciertamente puede desarrollar ideas, en este momento está sentada en la mesa, mirando tan fijamente como yo el par de peces dorados, estoy segura que está ideando un plan para que sean suyos. Pero tiene un problema, son MÍOS, ¿soy tan posesiva con todo?
Me dijeron hace poco que yo era una mujer muy dominante... ¿cierto? Creo que no, creo que soy mucho más frágil de lo que el mundo piensa. La última semana me he rotó a llorar dos veces, pensé con envidia en los peces y en la gata... qué fácil su vida. ¿Por qué la mía tiene que ser tan consciente?
Heráclito me lo dijo, los dormidos la pasan mejor.
YoSabina